Me declaro adicta como una gran mayoría, a los rituales de año nuevo, a escribir mis propósitos y metas de cara a los años que empiezan.
Es un subidón inmediato, nos creemos invencibles, y este año sí que sí es el que lo vamos a llevar adelante.
Y yo os GRITO : ¡Adelante mis Valientes!
Los grandes éxitos de estas fechas: Dejar de fumar, ponerme a Dieta y ahorrar.
Uno a uno, van cayendo todos.
“Empiezo el lunes…
…el día 1 del mes que viene,
…ya llego tarde,
…ya para el año que viene”
Si eres de los ultra motivados, en Septiembre con la vuelta al cole, te das una segunda oportunidad.
La realidad es que salimos al campo de batalla que es nuestra vida sin estar preparados para lo que estos nuevos propósitos nos van a suponer en nuestro día a día, los cambios que hay que incluir o asumir.
Y es que hay una GRAN DIFERENCIA, entre lo que son DESEOS y los OBJETIVOS.
En los DESEOS, NO tomamos responsabilidad.
Esperamos que venga una fuerza superior que nos brinde lo que estamos aclamando.
Es como la actriz que espera ser descubierta sentada en la parada del metro, el que quiere levantarse un día de la cama sin ganas de fumar habiendo fumado por hábito los últimos 10 años, o que sin conocerte nadie de tu sector, te ofrezcan el trabajo de tu sueños.
Cuando fijamos objetivos nos posicionamos como Responsables de lo que estamos manifestando.
Fijamos y marcamos los campos de acción en las que NOSOTROS podemos HACER para llegar a alcanzarlos.
Hasta aquí seguro que no te estoy contando nada nuevo.
Las Claves para Definir bien un objetivo son LAS PREGUNTAS que nos deberíamos plantear antes.
(Aviso. Esto no es garantía de éxito, pero sí que nos acerca bastante más)
¿Cómo de ESPECÍFICO es mi Objetivo?
“Dejar de fumar” “Leer más” “Perder peso” “Enfadarme menos” no son objetivos específicos. Además de que no están fundamentados en valores.
Por lo que habría que darle una vuelta ( o varias ).
Muchas veces en sesiones vemos que el objetivo, no está realmente alineado con las necesidades, o realmente los motivos no son adecuados para nosotros.
“Enfadarme menos” como objetivo para este año, sin conocer la razón de por qué el enfado aparece como emoción recurrente o sin conocer qué necesidad está cubriendo en este caso la emoción, nos garantiza una tasa de éxito del 0%.
No podemos controlar que esa emoción aparezca, pero quizá sí podemos gestionarla.
Quizá un Objetivo más específico en ese caso sería “tomar 3 respiraciones profundas antes de contestar cuando estoy enfadada”
¿Cómo vas a MEDIR el progreso?
La celebración de los pequeños logros es FUNDAMENTAL para continuar con el camino y proceso hacia ese objetivo, por lo que tener una herramienta de medida es más que necesario.
¿Tu Objetivo es ALCANZABLE?
Debemos ser realistas con nuestras respuestas. No solo hablo de si tenemos o no los recursos suficientes. ¿Estoy dispuesta a cambiar mi día a día para lo que este objetivo requiere?
¿Es RELEVANTE para mí?
Es importante que tu objetivo esté acompañado por unos motivos adecuados. Porque no siempre vas a estar motivado, pero podrás tirar del peso de esos MOTIVOS.
Para la Motivación hacen falta motivos.
Un truco:
Pregúntale a tu Yo futuro para qué deberíamos tomar esa Acción en vez de abandonar. Ella/Él siempre tendrá un motivo adecuado para seguir.
¿Cómo lo voy a definir en el Tiempo?
Fechas de finalización de proyecto, determinar un espacio de tiempo, horas, días de la semana…
Estas preguntas corresponden al método SMART.
S: específico
M: medible
A: Alcanzable /Realista
R: Relevante
T: acotado en el tiempo.
Te invito a que te quedes en la memoria este Acrónimo (SMART) y te hagas las preguntas adecuadas, para preparar tus OBJETIVOS.
Ahora con esta nueva herramienta Sí:
¡Adelante mis Valientes!
Recuerda que puedes concertar una cita gratuita de 30 min, en la que valoraremos tus objetivos, pero sobretodo, valorarás si quieres que sea la persona que camine a tu lado.