Creo que es una de las preguntas más frecuentes que están rondando últimamente.
Y es que, este término ha empezado a germinar de una manera casi que diría SALVAJE, sin que sepamos realmente a qué nos referimos.
¿Por qué no es lo mismo un COACH (entrenador) de fitness,
que un COACH “experto en x” (CONSULTOR),
que los COACH de la Voz, (que sinceramente la palabra adecuada sería JURADO Y/o CAPITANES)?
Porque realmente ninguno de ellos se dedican al Coaching Profesional.
Cuando hablo de COACHING Profesional, hablo de COACHING en Mayúsculas.
No es una mera etiqueta, es una disciplina, y hay certificadoras para REGULARLA, como pueden ser ICF (International Coach Federation) o ASESCO (Asociación Española del Coaching).
Así el Coaching Profesional, es un proceso de acompañamiento, en el que dentro de un espacio de confianza y colaboración, el cliente consigue alcanzar sus objetivos a través de dos herramientas fundamentales, el APRENDIZAJE y el DESCUBRIMIENTO.
Esto permite al cliente establecer un PLAN DE ACCIÓN, que le acerque a aquello que quiere que ocurra en su vida, y que actualmente con sus herramientas o actitudes no está ocurriendo.
Si me permites, me voy a poner algo más romántica con la definición, y explicarte lo que es para mí el Coaching.
Obviamente es una disciplina, pero es el coaching va más allá:
Es un proceso de transformación.
En cada sesión de Coaching te llevas más de lo que realmente podrías llegar a esperar, ya que llevas habitando tu mente toda tu vida, y quieras o no, llevas todo ese tiempo haciéndote las mismas preguntas, haciendo las cosas del mismo modo, obteniendo los mismos resultados.
Mi papel como coach:
- Es cambiarte todas esas preguntas, para que encuentres nuevas respuestas.
- Es tomar acciones diferentes para lograr resultados diferentes.
- Es darte la potestad de que elijas de nuevo con qué cartas quieres jugar, que elijas iluminar aquellas zonas que hasta ahora eran invisibles para ti.
Cada coach, como en cualquier profesión, tiene su área de genialidad o especialización.
En mi caso, la base está en la comunicación. O mejor dicho en la Neurocomunicación.
La manera en la que creamos nuestra realidad y nuestra identidad a través de lo que nos decimos, cómo procesamos la información, cómo nos relacionamos y transmitimos la información con el resto, tiene el mayor impacto sobre nuestras vidas.
“El lenguaje NO es inocente”
Ser conscientes de ello, e introducir pequeños cambios, nos abre un gran abanico de posibilidades.
¿Estamos todos preparados para recibir Coaching?
La respuesta sincera, es NO.
Cuando pensamos que ya conocemos todo sobre nuestra vida, y que no necesitamos a nadie para avanzar, el Coaching no es efectivo. No damos pie al descubrimiento, o a la colaboración.
Otras personas, en cambio, necesitan otro apoyo profesional, como puede ser la terapia.
Porque hay que recordar que el Coaching NO ES TERAPIA. Y aunque tiene múltiples beneficios en terrenos similares, como en el de la gestión emocional, el Coaching no se enfoca en los problemas pasados, además de que no trata patologías, depresión o ansiedad crónica.
Es por eso, que somos muchos ya los profesionales, que trabajamos de la mano con un psicólogo, para derivar en el caso que sea necesario.
Es importante también recalcar que el terapeuta es el guía, el dueño del proceso en la sesión. No hay relación de igualdad entre paciente y terapeuta.
Mientras que el coach es el responsable del proceso, pero el responsable del objetivo y del resultado es el cliente.
Me gustaría no terminar sin recalcar que al final, el proceso de cambio, de aprendizaje, es un momento vulnerable, por lo que el entorno de CONFIANZA, COLABORACIÓN Y CONFIDENCIALIDAD que te otorga el coach es fundamental para el éxito.
Es por ello que te recuerdo que la sintonía que tengas con el profesional que te acompañe es fundamental.
El 15% del éxito en las sesiones con coach, terapeutas o acompañamientos responde a las expectativas del cliente sobre el profesional.
(Si confío en su formación y capacidades, podré poner foco en lo que ocurre durante la sesión. Si desconfío, o no estoy cómodo, el tiempo en sesión se invertirá en poner en tela de juicio al profesional, y no en tu transformación y crecimiento).
Recuerda que puedes concertar una cita gratuita de 30 min, en la que valoraremos tu caso, pero sobretodo, valorarás si quieres que sea la persona que camine a tu lado.
¿Puedo resolverte alguna duda?
¡Te leo en comentarios!